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Las mudanzas y traslados de vivienda siempre han agobiado mucho ya no solo por tener que empaquetar y desempaquetar todo, recolocándolo en el nuevo hogar, sino por la necesidad de tener que comprar muebles nuevamente para montar la casa. Esto es el lado malo, pero el lado bueno es que tienes la oportunidad de diseñar tu hogar totalmente adaptado a ti o a vosotros, y eso es todo un reto a la creatividad. Por eso, vamos a darte unos consejos que esperamos puedan ayudarte.

¿Empezar de cero?

En algunos casos, si vivíamos de alquiler, supone que nos mudaremos con “el contenido” pero no con “el continente”, es decir, sin muebles. En este sentido tenemos mucho ganado porque no tenemos imposiciones en forma de muebles propios. Pero si nos mudamos también con ellos, simplemente debemos limitarnos a anotar en una hoja éstos, de qué están hechos, color y a ser posible, el estilo al que se adaptan.

 

A medirlo todo

El siguiente paso es anotar las medidas de todo: de nuestros muebles, de las habitaciones,… Si es posible haz un esquema de tu hogar lo más preciso posible en medidas, con el fin de ubicar sobre el papel los muebles que posteriormente irán en cada sitio concreto y sus medidas.

Aprovecha para elegir el estilo decorativo que deseas

Estás en un momento clave para elegir el estilo en el que deseas diseñar tu hogar, de manera que no te importe visitar cientos de tiendas de muebles y llevarte una buena remesa de revistas y catálogos en los que inspirarte.

De hecho incluso puedes recurrir a trabajos manuales como en el colegio, recortando y pegando en tu esquema del nuevo hogar, aquellos muebles que deseas en cada habitación. De esta forma podrás elegir mejor los colores y acabados de tus nuevas adquisiciones.

 

Retoca y corrige los puntos negros de tu hogar

Ahora que aún tienes la casa sin muebles, aprovecha para hacer esos retoques que corrijan fallos, tales como ampliar las ventanas –si son pequeñas o insuficientes-, cambiar la solería de alguna habitación, el color de las paredes, añadir o retirar moquetas y otros cambios que aunque supongan un gasto adicional de dinero, a la larga te supondrá un gran ahorro.

Algo tan simple como ampliar el tamaño de los ventanales y usar cortinas delgadas supondrán un ahorro cuantioso a final de año en electricidad. Opta por ventanas de doble cristal. Aunque más caras, aíslan bien del frío, ayudando a mantener la casa cálida.

 

Recicla y regala lo que ya no te venga bien

No tengas apuro alguno en decir adiós a documentos, libros y textiles que ya no tengan su hueco en tu hogar. No cometas el error de abarrotar tu casa de cosas viejas y usadas.

Evita repetir errores

Invierte en muebles imprescindibles (un buen sofá, una cama cómoda, …) y no te dejes llevar por la belleza de objetos o muebles que sean estéticamente preciosos pero muy poco operativos o insuficientes para lo que necesitas. Escoge fríamente.

La habitación luce preciosa pero, ¿de verdad crees que ese armario será suficiente para guardar toda la ropa y accesorios de una adolescente?.